Mujeres que brillan en la Argentina

Esta muestra exhibe un enlace entre el informalismo abstracto y las mujeres notables de la Argentina.
El informalismo propone mirar lo cotidiano con los ojos de la niñez. La transformación se opera a través de la renovación subjetiva en la mirada. Rulli, artista plástico, se interpela, vuelve a mirar a las mujeres que integran la muestra. Las destaca en una fusión entre lo abstracto y el retrato. El cruce es interesante y pertinente porque evidencia la tensión entre lo privado y lo público; lo que se sabe de ellas, lo que no y lo que continúa cuestionando la sociedad patriarcal en la que vivimos.
Estas mujeres notables estuvieron y brillaron siempre. Los hilos conductores entre ellas son la visión y la lucha. Hoy, nos toca observar y resignificar esas luces, porque abrieron caminos. Las generaciones que seguimos tenemos que tomar ese legado y la mejor forma de honrarlo es comprometerse, seguir adelante. La conquista por la equidad de género está viva y las tensiones continúan. Circunstancias como esta muestra nos invitan a repasar grandes nombres; nos proponen volver a dialogar con la obra. En términos conceptuales, el arte es una experiencia sensible y transformadora que nos convierte en personas nuevas para un mundo nuevo y mejor.
¿Cómo y dónde brillaron estas mujeres?

En las artes plásticas
La expresión dinámica, la visión del sufrimiento y el color pintados por Raquel Forner (1902-1988). Las formas, la contundencia, la osadía y la invención en la escultura y la multiplicidad de la obra de Lola Mora (1866-1936). Las líneas y los puentes en las obras de Flora Manteola (1936). Las luces y sombras, el aura cristalizada en una imagen retratada por la lente de Alicia D´Amico (1933-2001).

En las letras y la música
La voz, el clamor de Latinoamérica, la elección de un repertorio excelso, condensado en la dulzura de la interpretación de Mercedes Sosa (1930-20011). La poesía, la música y la militancia de María Elena Walsh, quien jamás subestimó a su auditorio fueran niños/as o adultos/as; fue tan grande que su luz acompaña las infancias de muchas generaciones de argentinos/as. La poesía de Alejandra Pizarnik, quien se animó a cantar el dolor, la angustia y a deconstruir la forma poética. La academia y la conquista de la investigación humanística en la obra crítica de María Rosa Lida (1910-1962) con sus estudios como medievalista y clasicista.

En el espectáculo
La fuerza de Tita Merello que desafió todos los estándares de belleza, trascendió la pantalla y excedió el “Se dice de mi”. Porque como todas las mujeres que integran la muestra, generaron y generan discurso; atraviesan las generaciones. La belleza de las imágenes y los desafíos de contar aquello de lo que “no se habla” en María Luisa Bemberg, filmar la vida de otras mujeres centrales en la cultura de Latinoamérica como Sor Juana Inés de la Cruz. En el ballet, se destaca la figura de Liliana Belfiore, primera bailarina, coreógrafa y docente. Su manera de bailar y de ejercer la profesión es una referencia para quienes se dedican al baile en la actualidad.

En el cuerpo y la salud
Los saltos y las medallas ganadas por Noemí Simonetto (1926-2011). Parece increíble ver la portada de “El Gráfico” con mujeres como ella y como Carola Lorenzini (1899-1941) en la década del treinta y cuarenta. Ambas trabajaron su cuerpo y conquistaron espacios que se consideraban masculinos. Lorenzini, además de una destacada atleta, cruzó los cielos. Fue una de las primeras mujeres en recibir el título de instructora de vuelo en Argentina. Cecilia Grierson (1859-1934), la profesionalización del cuidado a través de la medicina. Su lucha por la ampliación de derechos femeninos, su gran labor como ginecóloga, kinesióloga y docente.

En la educación
Los invaluables aportes de Rosario Vera Peñaloza (1873-1950), quien transformó la enseñanza y convirtió la educación en una experiencia de vida y de conocimiento. Probablemente, la escuela transformada por Vera Peñaloza y otras tantas mujeres anónimas, posibilitó que otra mujer como Miriam Pastoriza (1939) pudiera dedicarse a los estudios. Así Miriam Pastoriza encontró en la Astronomía su objeto de estudio, su pasión y realizó sus notables aportes.
A todas ellas, un agradecimiento eterno. El brillo de su fuego sagrado alumbra nuevas conquistas. Un resplandor que se filtra en cada cuadro de Rulli e invita a seguir pensándo(nos).

*Magister en Literatura Comparada, docente e investigadora.