En este dibujo de formato horizontal el artista presenta una figura geométrica que abandona la reproducción naturalista de, como su título indica, un pájaro. La línea es el elemento estructural  del espacio, presenta trazos gruesos y finos y trayectorias mixtas. A la vez, se observa que las líneas diagonales equilibran  la composición.

El artista juega con un repertorio de formas: cuadrados y triángulos que se superponen y círculos que parecen dar aspecto articulado a la figura. La paleta es acotada, agudiza o retrae el carácter de la obra. El empleo de la tiza le permite generar zonas difuminadas y da una sensación de metal que remite a lo artificial, la chapa y la mecánica industrial.

Se podría estar frente a una de las pocas obras del artista que se alejan de aquellos paisajes porteños que lo caracterizaban. Castagna parte de una figura de la realidad y va hacia la abstracción geométrica para terminar constituyendo una nueva realidad, alusiva a la anterior pero inequívocamente autónoma. Tal vez, como dice Alejandra Pizarnik en uno de sus poemas: “la jaula se ha vuelto pájaro”.