Artesanía sobre madera, obsequiada por el ministro de Trabajo de Cerdeña, Italia, al presidente de la HCDN Juan Carlos Pugliese durante su mandato (1983/89).

En esta "navicella" (pequeña nave) se conjugan todos los elementos de la cultura nurásica, procedente de la Isla de Cerdeña, ubicada en el mar Mediterráneo durante el período que va del 1800 al 238 AC. El nombre nurágico tiene su origen en las nurgas, que eran torres – fortalezas, construidas en piedras, originarias del Mediterráneo Oriental. Actualmente, se conservan alrededor de 7000 en toda Cerdeña.

Con la llegada de los fenicios en el 900 AC comenzó el declive de la cultura nurágica que se profundizó en el 238 AC con el establecimiento de la dominación romana. Debido a esto, los sardos convivieron con las civilizaciones fenicia, púnica y romana, a pesar de lo cual, lograron persistir y no ser absorbidos por las mismas.

Las nuragas fueron importantes metalúrgicos que lograron ser conocidos en todo el Mediterráneo por su trabajo con el bronce, en especial en la fabricación de armas. Más adelante utilizaron el hierro. Practicaban la agricultura, ganadería, pesca y horticultura. Construyeron caminos, atravesando el territorio de la Isla, para transportar metales, entre otras mercaderías, ya que por la posición geográfica de Cerdeña, se dedicaron al comercio y la navegación. Por ese motivo también contaban con muy buenos barcos, gracias a los cuales pudieron expandir la comercialización de sus cerámicas y metales hasta Chipre, Micena y la Península Ibérica. Con la dominación fenicia se desarrolló tanto el intercambio comercial, como el trabajo en metales, período en que aparecieron los pequeños bronces.