Tintero de mármol y baquelita

 El antecedente más lejano de las plumas que contenían un depósito de tinta se remonta al año 973 en el Magreb cuando se logró crear una pluma que no requería suministrarle tinta en forma externa, sino que ya la tenía en su interior. En el siglo XVII se avanzó con un instrumento similar pero hecho con dos plumas. En el siglo XIX se comenzaron a producir los plumines de acero. La primera patente de plumas estilográficas data de 1827 en Francia, donde la tinta se encontraba en un depósito ubicado en el mango. Esto dio origen a la pluma fuente que derivó en otras variantes que se fueron patentando en diversos países europeos. A principios del siglo XX se inventaron las primeras estilográficas autorrellenables.
Más adelante, el mayor problema de estas lapiceras, que era la fuga de tinta, fue resolviéndose con una punta retráctil para cerrar el depósito de tinta y también con un capuchón enroscado en torno a la punta de la lapicera para proteger el plumín. Esto se obtenía también con un porta lapicera de escritorio.
Al proliferar el uso de bolígrafos, las plumas estilográficas se fueron convirtiendo en símbolo de estatus y distinción.

_FUENTES

^{https://historiaescritura.com/instrumentos/pluma-estilografica#inve}